Desde mi apartamento en Alemania veo en el monitor de mi laptop a una joven llena de ilusiones, energía y mucho entusiasmo. Me recordaba a mí misma hace algunos años… Ya habíamos conversado muchas veces, vía Skype o WhatsApp, y en todas esas conversaciones sobre sus estudios en Australia o sobre la vida en general, siempre terminábamos reflexionando sobre dos temas: el primero, qué difícil es para una mujer balancear su rol de esposa, madre o hija con el rol profesional, pero no sólo el profesional que la mujer aspira sino el que la sociedad le impone. Y el segundo, qué afortunadas éramos ambas de tener al lado parejas que nos apoyaban en nuestros sueños. Lo mejor de todo: tenernos a nosotras dos para intercambiar experiencias que nos servían de referencia para una decisión o para evitar angustiarnos porque “a ella también le pasó”.
Y bueno… sí, éramos afortunadas. ¿Pero qué había de las tantas otras mujeres en Perú, sin un referente a quien acudir para obtener ese impulso final para negociar un aumento de sueldo, o ponerle “el pare” a algún(a) colega que la acosa y denunciarlo(a), o arriesgarse a cambiar de trabajo, o autoconvencerse que tiene todas las capacidades para convertirse en una jefe o gerente? ¿Qué había de todas esas mujeres de gran potencial, y capital humano y social, quienes no se han desarrollado totalmente porque la familia, el trabajo, la pareja, los amigos, o ellas mismas, no facilitan su despegue? Fueron esas reflexiones con Mariel, desde 2015 hasta el 2017, —ella desde Salt Lake City y luego Perth, yo desde Washington D.C. y luego Frankfurt— las que dieron vida a lo que sería nuestra nueva aventura conjunta.
La idea era simple: crear una plataforma para que mujeres con experiencia profesional internacional puedan compartir sus vivencias con otras mujeres profesionales, y viceversa, y así crear una comunidad global de mujeres que aprendan de cada una y se motiven a desarrollar al máximo su potencial profesional y personal. ¡Queríamos ayudar a romper barreras! Estábamos inspiradas y necesitábamos otras mujeres tan o más inspiradas que nosotras y con la convicción que desarrollar el potencial profesional y personal de la mujer brindaría un aporte a la sociedad peruana. Así es como fuimos bendecidas desde Londres con Lorena y desde México D.C. con Patricia. Todas hicimos click. Nos complementábamos perfectamente: comunicaciones y liderazgo, gerencia de cambio y gerencia de proyectos, planificación y ejecución, mentoría y tecnología, finanzas y psicología. Había de todo y para todos los gustos. ¡Con cuatro mujeres aventureras y talentosas ya teníamos un equipo prometedor!
Mariel, Lorena, Patricia y yo habíamos pasado por situaciones personales y profesionales muy retadoras y vivir en otros países nos ayudaba muchísimo a tener otros referentes y entender cómo, a pesar de similares situaciones de desigualdad laboral tanto en el salario, acceso a posiciones de liderazgo o de acoso a la mujer, los entornos laborales de estos países desarrollaban políticas muy claras que permitían minimizar esos incidentes. Empezaríamos por iniciativas que promuevan un cambio en el individuo –sí, hombres también están incluidos–, pero ambicionábamos también cambios en las empresas y organizaciones. Y si no, ¿cuál es el verdadero impacto de una iniciativa como ésta si, al final del día, no busca una sociedad más equitativa, con real igualdad de oportunidades para todos? Así surge Ñustas.
Sin embargo, no todo es color rosa y “hay hermanas muchísimo que hacer” incluso en los países más desarrollados. Pese al enorme reto, mantenemos firme nuestra convicción en el aporte que Ñustas brindaría a la construcción de un país mejor. A las cuatro, no sólo nos une el compromiso con la mujer, sino también nuestras experiencias en mentoría fuera y dentro de Perú, y nuestras jornadas personales de crecimiento, de fracasos y éxitos, de subidas y bajadas…
Eso es Ñustas. Nuestra casa, nuestra aventura, nuestra ilusión. Acaba de empezar. Seguiremos trabajando fuerte para mantener nuestra promesa de brindarles a las mujeres en Perú una oportunidad especial para compartir, una plataforma diferente para crecer, una comunidad global donde exploremos al máximo nuestro potencial, juntas. ¿Nosotros estamos listas, lo estás tú?
Karla
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Trivia: ¿Cuántas veces Mariel, Patricia, Lorena y Karla se han reunido en persona para definir e implementar Ñustas?
¡Cero! Nunca han estado las cuatro juntas en un mismo lugar al mismo tiempo. Una vez Karla y Paty tomaron un café cuando coincidieron en Lima, igual que en otra oportunidad lo hicieron Mariel, Karla y Lorena. WhatsApp y Skype son sus espacios de coordinación y trabajo, probando que en un mundo globalizado no hay barreras para conectar talento y propósitos. Dicho esto, ¡esperen que ya viene la foto del ansiado encuentro!